Historias del gremio (III)

. 23/11/06

En la primera edición de "Historias del gremio" comentaba cómo, sorprendentemente, la difícil situación que atraviesan las discográficas no ha hecho que anden detrás de los medios "suplicando" páginas de revistas y minutos en televisión, sino que en muchas ocasiones sucede todo lo contrario. La desesperación ha derivado en la estupidez y la desfachatez más absolutas.
El popular dúo de pseudo rock and roll español, apóstoles del colegueo y el buenrollismo, tiene problemas para comentar en una entrevista las preguntas que el periodista les plantea acerca de algunas noticias musicales del año (por estas fechas toca hacer balance informativo). Al menos eso dice su mánager, aunque cuando el periodista les propone el juego, ellos aceptan. Curiosamente ese mismo medio les ha tratado siempre como reyes, como a artistas importantes, a pesar de que su nivel de ventas (y de credibilidad) es embarazosamente discreto. Su mánager protesta ante tal invasión de su intimidad (¡dios, les han preguntado por el fenómeno MySpace! ¡sacrilegio!), y telefonea a la promocionera de turno (nunca un nombre tan feo hizo honor a lo que representa), que no está presente en la escena. Ésta, a su vez, echa la bronca al periodista por teléfono, indignada por el hecho de que nadie le hubiera avisado de que se le iban a hacer estas preguntas, a todas luces capciosas y malintencionadas.

Pero es que esta misma promocionera había protagonizado el mismo numerito apenas una semana antes, cuando otro periodista del mismo medio planteó otra tanda de preguntas sobre noticias musicales del año (tres preguntas, no más) a otra buenrollista, hippy-flamenca-chill out. Según me cuenta el periodista, la cantante respondió a las tres preguntas de buena gana; según la versión de la promocionera, la cantante se quejó al término de la entrevista. Afortunadamente, me creo la versión del periodista, lo que deja en mucho mejor lugar a la cantante y en una pésima posición a estas publicistas que se erigen en defensoras y protectoras de la integridad de sus artistas.